lunes, 13 de agosto de 2012


GRADO 8o
La Naturaleza Del Hombre

De acuerdo al testimonio de la Escritura, el hombre, en su forma humana presente, fue creado por Dios como la conclusión y consumación de toda la creación. Se dice del hombre que fue hecho a la imagen y semejanza de Dios (Gn. 1:26) y que Dios respiró en él el aliento de vida (Gn. 2:7). Estas distinciones califican al hombre por sobre todas las otras formas de vida que están sobre la tierra e indican que el hombre es una criatura moral con intelecto, capacidad para sentir y voluntad.

Hablando en líneas generales, la creación del hombre incluyó aquello que era material (el polvo) e inmaterial «(el aliento de vida»). Esta doble distinción tiene referencia al «hombre exterior» y al «hombre interior» (2 Co. 4: 16); «el vaso de barro» y «su tesoro» (2 Co. 4: 7). Mientras que el alma y el espíritu del hombre se presentan existiendo para siempre, el cuerpo retorna al polvo desde donde fue formado, y el espíritu va a Dios quien lo dio (Ec. 12:7). De acuerdo a ello, la gente puede

Cuando la Escritura considera la parte inmaterial del hombre, a veces usa varios términos intercambiables (cf. Gn. 41:8 con Sal. 42:6; Mt. 20:28 con 27:50; Jn. 12:27 con 13:21; He. 12:23 con Ap. 6:9), aun aplicando estos términos a Dios (Is. 42:1; Jer. 9:9; He. 10:38) y a los animales (Ec. 3:21; Ap. 16:3). Algunas veces se distingue el espíritu, del alma del hombre (1 Ts. 5:23; He. 4:12).

A pesar de las altas funciones de la parte inmaterial del hombre, a veces se atribuyen al espíritu y a veces al alma (Mr. 8:36-37; 12:30; Lc. 1:46; He. 6:18-19; Stg. 1:21); el espíritu se menciona usualmente en las Escrituras como aquella parte del hombre la cual es capaz de contemplar a Dios, y el alma es aquella parte del hombre la cual está relacionada al yo y las varias funciones del intelecto, sensibilidades y voluntad del hombre.

Sin embargo, también se usan otros términos de la naturaleza inmaterial del hombre tales como el corazón (Ex. 7:23; Sal. 37:4; Ro. 9:2; 10:9-10; Ef. 3:17; He. 4:7). Otro término usado es aquel en cuanto a la mente del hombre, ya sea en referencia a la pecaminosidad de la mente del hombre no salvo (Ro. 1:28; 2 Co. 4:4; Ef. 4:17-18; Tit. 1:15), o a la mente renovada que posee un cristiano (Mt. 22:37; Ro. 12:2; 1 Co. 14:15; Ef. 5:17). Otras expresiones tales como «voluntad» y «conciencia» también se refieren a la parte inmaterial del hombre.

Dada la variedad de términos que a veces son usados en sentido similar y a veces en contraste el uno con el otro, muchos han considerado la división del hombre en material e inmaterial como la división básica; pero aun aquí expresiones como «alma» y «espíritu» a veces son usadas para la totalidad del hombre incluyendo su cuerpo.

Algunas religiones paganas sostienen que el origen inmaterial de la naturaleza del hombre es preexistente; esto significa que ha existido eternamente y sólo se encarna en el principio de la existencia humana; esto no está sostenido por la Escritura. Otro punto de vista ofrecido por algunos teólogos evangélicos es que el alma es creada por Dios en el principio de la existencia humana individual; esta teoría tiene dificultades en cuanto a la pecaminosidad del hombre.

Probablemente el mejor punto de vista, conocido como el traducianismo, es que el alma y el espíritu fueron propagados por generación natural, y por esta razón el hombre recibe un alma y espíritu pecaminosos, porque sus padres son pecadores.

El cuerpo humano del hombre es la habitación del alma y el espíritu del hombre hasta que muera. Aunque acaba con la muerte, está sujeto a resurrección. Esto es verdadero en cuanto a los salvos y los no salvos, aunque las resurrecciones son diferentes. A veces el cuerpo tiene referencia como la «carne» (Col. 2:1, 5), y se usa para el cuerpo de Cristo) (1 Ti. 3: 16; 1 P. 3: 18). Otras veces se refiere a la naturaleza pecaminosa, la cual incluye el alma y el espíritu, como en la declaración de Pablo que él había «crucificado la carne» (Gá.5:24).

De acuerdo a ello, la carne no debe considerarse sinónimo con el cuerpo en todos los pasajes, puesto que puede implicar todo el hombre no regenerado.

Los cuerpos de las personas salvas son declarados como «templos» (Jn. 2:21; 1 Co. 6: 19; Fil. 1 :20), aunque al mismo tiempo sus cuerpos son considerados como «vasos de barro» (2 Co. 4:7), cuerpos «viles» (Fil. 3:21), cuerpos para ser mortificados (Ro. 8:13; Col. 3:5) y cuerpos los cuales tienen que ser mantenidos en sujeción (1 Co. 9:27). Los cuerpos de los salvos serán transformados, santificados, salvados y redimidos y finalmente glorificados para siempre en la venida de Cristo por su Iglesia (Ro. 8:11,17-18,23; 1 Co. 6:13-20; Fil. 3:20-21). Jesucristo poseía un cuerpo humano perfecto antes de su muerte, y después de su resurrección tenía un cuerpo de carne y hueso que es el ejemplo del cuerpo de resurrección del creyente. El término «cuerpo» se usa también como una figura de la iglesia como el cuerpo de Cristo y del cual Cristo es la cabeza.

miércoles, 25 de julio de 2012

educación religiosa grado 8o

Educación Religiosa 8o grado




|NECESITO DE LOS DEMÁS
Conducta de entrada:
a. ¿Qué necesidades físicas, intelectuales, afectivas y espirituales tenemos los seres humanos?
b. ¿Cómo podemos satisfacer esas necesidades? ¿Puedo hacerlo solo?
c. ¿Los otros pueden ayudarme a satisfacerlas? ¿En concreto, cómo ayudan los demás a satisfacer mis necesidades?

Nadie llega a convertirse en humano si está solo: nos hacemos humanos los unos a los otros. No seríamos lo que somos sin los otros, pero nos cuesta ser con los otros. Es un hecho que necesitamos de los demás. Nadie puede vivir solo, siempre necesita de alguien para conseguir lo mínimo para vivir, ya sea el alimento, el vestido, la vivienda. Pero la necesidad de los otros va más allá. Necesito de los otros para nacer, desarrollarme como persona mediante la educación, para comunicarme, para amar y ser amado. En todos los ámbitos de la vida, necesitamos de los otros.

Sabias que... Los cristianos creemos que Jesús, el Hijo de Dios, es Dios y hombre. La Iglesia afirma, tomando como base los datos de la Biblia, que Jesús fue semejante a nosotros, menos en el pecado. Como todo ser
humano, Jesús necesitó de algunas personas para satisfacer sus necesidades físicas, intelectuales, afectivas y espirituales.

Actividad:

1- En parejas, buscar en la Biblia e identificar a las personas y la forma como ayudaron a Jesús a satisfacer algunas de sus necesidades humanas.
Lucas 2,1-15 - Mateo 2,13-17 - Mateo 2, 19-23
Lucas 2, 21-24 - Lucas 2,51-52 - Mateo 3, 1-17
Juan 11, 1-5 - Mateo 26,17-19 - Lucas 23, 26.l
2- Reflexionar en el modo como algunas personas me han ayudado en mi vida amorsa satisfacer mis necesidades, a través del listado de las personas y su aporte a mi vida.












LOS OTROS ME NECESITAN







Conducta de entrada:
a. ¿Qué entiendes por soledad e individualismo?
b. ¿Qué consecuencias trae estas dos situaciones para el mundo de hoy?
c. ¿Qué frases o expresiones conoces sobre el individualismo

Las diversas necesidades presentes en la vida de toda persona son un llamado a salir de la autosuficiencia y salir de nosotros mismos hacia los otros. Somos autosuficientes cuando pensamos que podemos realizar nuestra vida sin los otros.
Somos egoístas cuando nos encerramos en nuestro propio mundo, en nuestras preocupaciones, y no salimos a un encuentro de las necesidades ajenas.
El mayor riesgo de la sociedad actual es vivir en el individualismo, totalmente desinteresados de los otros.

ACTIVIDAD:
1- Observar y analizar.

Responder las siguientes preguntas:





- ¿Qué hacen los burros?

- ¿Qué defienden y por qué?

– ¿Qué los lleva a compartir?

- ¿Cuándo los seres humanos obramos como los burros en conflicto?

– ¿Qué nos impulsa a vivir con los otros?

– ¿Qué diferencias hay entre vivir contra los otros y el vivir con los otros?




En grupos: Analizar si en las relaciones en familia, con los amigos, compañeros de colegio, los estudiantes están atentos a las necesidades de los demás o sólo esperan que los demás satisfagan sus necesidades. Escribir en cuáles momentos piensan en sí mismos y qué pueden hacer para abrirse más a las necesidades de los otros.


LOS DISTINTOS GRUPOS O COMUNIDADES DONDE NOS MOVEMOS.


Conducta de entrada:
a. ¿Qué entiendes por comunidad, colectividad, grupo, equipo e institución?
b. ¿Qué relación o diferencias hay entre ellas?
c. Nombrar los diferentes grupos y/o comunidades que conoces en la ciudad.




d. ¿Qué características presentan las personas que     pertenecen a los distintos grupos y/o comunidades?

El ser humano es un ser en relación. Necesita de los otros y los otros necesitan de él. Esta característica relacional se expresa en los distintos grupos y comunidades en los que desarrollamos nuestra existencia: familia, colegio, grupos de amigos. Para algunos, la Iglesia y la parroquia.

ACTIVIDAD

1- Analizar individualmente la importancia en mi vida, los valores que he aprendido y las dificultades de convivencia, de los siguientes grupos o comunidades en donde desarrollamos nuestra existencia: Familia, Colegio y grupo de amigos.

2- Analizar en grupos: el por qué la familia, el colegio y el grupo de amigos son un grupo o comunidad. Determinar las principales características de cada uno de ellos.

3- Análisis de la vida de grupo, a través de las siguientes preguntas que ayudaran a descubrir en profundidad las relaciones dentro del curso:
a- ¿Qué valoras del grupo?
b- ¿Qué te aporta el grupo?
c- ¿Qué le aportas tú al grupo?
ñd- Principales dificultades en la vida de grupo. ¿Cómo solucionarlas?
4- Recordar a través de los siguientes textos bíblicos, en donde aparece cómo Jesús no vive solo, sino que ser relaciona con otras personas, incluso los elige sus discípulos: Marcos 1,16-20; Lucas 8,1-3; Juan 1,35-51; 4,1-9; 11,1-44; Hechos 2,42-47.



Educación Etica y Religiosa 6o grado


IED MANUELITA SAENZ J.M


EDUCACIÓN  RELIGIOSA

PROFESOR: HERNANDO WIESNER A.



GRADO SEXTO       ESTUDIANTE:

LA PERSONA HUMANA Y SUS DERECHOS

El último que apague las galaxias…



 La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida. 'Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado' (Jeremías 1, 5). 'Y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo hecho en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra' (Salmo 139, 15).de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la. 'Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado' (Jeremías 1, 5). 'Y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo hecho en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra' (Salmo 139, 15).




... dignidad humana: Valoración de la diversidad ... dignidad humana: Valoración de la diversidad ... dignidad humana: Valoración de la diversidad








La comunicación humana se basa en el ca­rácter del hombre, que, «por su íntima naturale­za, es un ser social, no puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás»

 ... dignidad humana: Valoración de la diversidad ... dignidad humana: Valoración de la diversidad


LA PERSONA HUMANA Y SUS DERECHOS

La Iglesia ve en el hombre, en cada hombre, la imagen viva de Dios mismo; imagen que encuentra, y está llamada a descubrir cada vez más profundamente, su plena razón de ser en el misterio de Cristo, Imagen perfecta de Dios, Revelador de Dios al hombre y del hombre a sí mismo. A este hombre, que ha recibido de Dios mismo una incomparable e inalienable dignidad. Cristo, Hijo de Dios, “con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre “por quien murió Cristo” (1 Co 8, 11; Rm 14, 15).

 Toda la vida social es expresión de su inconfundible protagonista: la persona humana. Del hombre, por tanto, trae su origen la vida social que no puede renunciar a reconocerlo como sujeto activo y responsable, y a él deben estar finalizadas todas las expresiones de la sociedad.

La historia demuestra que en la trama de las relaciones sociales emergen algunas de las más amplias capacidades de elevación del hombre, pero también allí se anidan los más execrables atropellos de su dignidad.







II. LA PERSONA HUMANA

 a) Criatura a imagen de Dios

 El mensaje fundamental de la Sagrada Escritura anuncia que la persona humana es criatura de Dios (Cf. Sal 139, 14-18) y especifica el elemento que la caracteriza y la distingue en su ser a imagen de Dios: “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó” (Gn 1, 27). Dios insufla en las narices el aliento de la vida (cf. Gn 2, 7). De ahí que, “por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien.

Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar”.

 La semejanza con Dios revela que la esencia y la existencia del hombre están constitutivamente relacionadas con Él del modo más profundo. Toda la vida del hombre es una pregunta y una búsqueda de Dios. Esta relación con Dios puede ser ignorada, olvidada o removida, pero jamás puede ser eliminada. La persona humana es un ser personal creado por Dios para la relación con Él, que sólo en esta relación puede vivir y expresarse, y que tiende naturalmente hacia Él.

 La relación entre Dios y el hombre se refleja en la dimensión relacional y social de la naturaleza humana. El hombre, en efecto, no es un ser solitario, ya que “por su íntima naturaleza, es un ser social, y no puede vivir ni desplegar sus cualidades, sin relacionarse con los demás”. A este respecto resulta significativo el hecho de que Dios haya creado al ser humano como hombre y mujer (cf. Gn 1, 27). Sólo la aparición de la mujer, es decir, de un ser que es huesos y carne de su carne (cf. Gn 2, 23), y en quien vive igualmente el espíritu de Dios creador, puede satisfacer la exigencia de diálogo interpersonal que es vital para la existencia humana. En el otro, hombre o mujer, se refleja Dios mismo, meta definitiva y satisfactoria de toda persona”.

El hombre y la mujer tienen la misma dignidad y son de igual valor, no sólo porque ambos, en su diversidad, son imagen de Dios, sino, más profundamente aún, porque el dinamismo de reciprocidad que anima el “nosotros” de la pareja humana es imagen de Dios. En la relación de comunión recíproca, el hombre y la mujer se realizan profundamente a sí mismos rencontrándose como personas a través del don sincero de sí mismos.

El hombre y la mujer están en relación con los demás ante todo como custodios de sus vidas: “a todos y a cada uno reclamaré el alma humana” (Gn 9, 5), confirma Dios a Noé después del diluvio. Desde esta perspectiva, la relación con Dios exige que se considere la vida del hombre sagrada e inviolable. El quinto mandamiento: “No matarás” (Ex 20, 13; Dt 5, 17) tiene valor porque sólo Dios es Señor de la vida y de la muerte. El respeto debido a la inviolabilidad y a la integridad de la vida física tiene su culmen en el mandamiento positivo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lv 19, 18), con el cual Jesucristo obliga a hacerse cargo del prójimo (Cf. Mt 22, 37-40; Mc 12, 29-31; Lc 10, 27-28).

Con esta particular vocación a la vida, el hombre y la mujer se encuentran también frente a todas las demás criaturas. Ellos pueden y deben someterlas a su servicio y gozar de ellas, pero su dominio sobre el mundo requiere el ejercicio de la responsabilidad, no es una libertad de explotación arbitraria y egoísta. Toda la creación, en efecto, tiene el valor de “cosa buena” (Cf. Gn 1, 10.12.18.21.25) ante la mirada de Dios, que es su Autor. El hombre debe descubrir y respetar este valor; es éste un desafío maravilloso para su inteligencia, que lo debe elevar como un ala hacia la contemplación de la verdad de todas las criaturas, es decir, de lo que Dios ve de bueno en ellas. El libro del Génesis enseña, en efecto, que el dominio del hombre sobre el mundo consiste en dar un nombre a las cosas (cf. Gn 2, 19-20): con la denominación, el hombre debe reconocer las cosas por lo que son y establecer para con cada una de ellas una relación de responsabilidad.

El hombre está también en relación consigo mismo y puede reflexionar sobre sí mismo. La Sagrada Escritura habla a este respecto del corazón del hombre. El corazón designa precisamente la interioridad espiritual del hombre, es decir, cuanto lo distingue de cualquier otra criatura: El corazón indica, en definitiva, las facultades espirituales propias del hombre, sus prerrogativas en cuanto creado a imagen de su Creador: la razón, el discernimiento del bien y del mal, la voluntad libre.


TALLERES DE MEJORAMIENTO Y SUPERACIÓN GRADO 8o





TALLERES DE MEJORAMIENTO Y SUPERACIÓN
GRADO 8o


I. ACTIVIDADES PARA EVALUAR EL LOGRO DE LOS OBJETIVOS



1. Cómo descubría Israel la presencia y la acción de Dios en los acontecimientos de su historia?
2. Lee cuidadosamente el Salmo 136 y responda:
- Qué acontecimientos de la historia de Israel canta dicho salmo
- Cómo expresa el salmo la acción de Dios.

II. UBICACIÓN GEOGRÁFICA

3. Dibuja el mapa del mundo de la Biblia y señala el recorrido de Abraham desde Ur hasta la tierra de Canaán y el recorrido de los israelitas desde Egipto hasta la tierra de Canaán.
4. Ubica en el mapa la ciudad de Babilonia, a dónde fueron llevados los israelitas desde Jerusalén.
5. Señala en el mapa de dónde venían los pueblos que dominaron a los israelitas.